Tuesday, July 19, 2005

belesas

"...parecen una belleza incompleta y levemente errònea o una planta narcòtica (¿adictiva?) que engaña al engaño y al que creyò escapar, que ilusionan al ilusionista que las utiliza como material de trabajo..."

Botánicas de la otredad - A.G.Ruanda

me jugué la vida ( pareciera)
conseguí estas pocas
silvestres marchitas
tan venenosas, da risa
perdido su breve perfume bastardo ya
( creeme que tenían perfume)

crecen del silencio
entre chatarra y escoria
¿vos tampoco las querès?

vuelvo al silencio
el sitio al que sé volver

Wednesday, July 13, 2005

Màs Alfredo Gonzàlez Ruanda

(...)
_ Evidentemente, Alfredo, la palabra artista ( al igual que la palabra poeta) es y ha sido usurpada por muchos advenedizos. A la luz de lo “sagrado de las palabras” que usted mencionaba antes, ¿cómo defendería y definiría usted a la palabra artista?
_ Tu no eres artista hasta que no ingresas a ese territorio sobrehumano donde de todos modos lo que se decide no es demasiado importante. Por otra parte recordemos que el artista no aspira a la verdad sino al símbolo que pendula detrás de la belleza, un segundo después de la belleza, para perderse o transformarse en otra cosa.
_ Resulta duro decir que lo que se decide no es importante...
_ Evidentemente es lo más importante para el artista, que se juega la vida o al menos su equilibrio mental en ello (risas), pero no perdamos de vista que la cosa no es importante fuera de esa individualidad volátil. A menos que creamos lo que el protagonista de aquel cuento que postulaba la coexistencia de infinita o indefinida cantidad de universos; ergo, de destinos posibles; situación en la que todo es importante o nada lo es; no hay ni bueno ni malo y todo es necesariamente...
_ ¿ Y en qué consistiría lo sobrehumano de lo cual usted hablaba antes?
_ Pues para empezar una lista que no nos es taxativa : la incertidumbre absoluta. Debe ser muy difícil de soportar. Y volveremos aquí a lo del principio. Es cuestión de vida o muerte para ti como artista el lograr aprender a convivir con eso o en su defecto perderte en el camino; pero es irrelevante para los demás...
(...)

Fragmento de un reportaje realizado a Alfredo González Ruanda en la revista Txocolatl- México D.F.- Junio de 1992

Friday, July 08, 2005

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D o b l e E s p a c i o

no era definirnos
cifrar un nombre
un límite imposible

era encontrar el perfume
de lo que nunca sabremos

a veces lo principal es lo no escrito
entre el título y lo escrito

ECLESIÀSTIKA

La grey clamaba por la canonización del Clérigo de los Clérigos reciente óbito y taciturno in extremis.

¡SANTO SÚBITO! ¡SANTO SÚBITO!

“Hacen falta un milagro comprobable , dos fotos cuatro por cuatro y llenar esta planilla” respondían los clérigo supérstites.
Y el milagro se produjo: el Clérigo de los Clérigos resucitó.

¡MILAGRO! ¡MILAGRO! ¡SANTO SÚBITO! ¡LLAME YA! ¡SANTO SÚBITO!

Y el Clérigo de los Clérigos recién salido de su féretro de oro y arce habló: confesó haber violado las normas del celibato. Confesó haber conocido los placeres de la carne allende su sotana. Confesó una parrillada en Viernes Santo.

¡LUJURIA! ¡SACRILEGIO AGRAVADO POR EL VÍNCULO! ¡GULA! ¡ENTONCES NO! ¡ENTONCES NO! ¡ANATEMA!

El Clérigo de los Clérigos Resucitado fue excomulgado y ahora escribe best sellers y recorre el mundo dando conferencias.
La grey y los clérigos supérstites todos supercastos decidieron conformarse con los santos ya existentes a la fecha que por lo menos son estatuas y estampitas que nunca hablan.

Advertencia para pescadores

Confesiones cíclicas de un octópodo.
"...un cierto veneno errante en su sangre, una cierta incapacidad de culminar definitivamente su vida..."

Franz Kafka - Once hijos.

Escapo de las habitaciones de mis enemigos que son yo valièndome de los planos que me dejò ella, la Constructora de la Ausencia. La que llegò por Azar, ese dios seductor e inexistente. La araña embelesada por Èl , por ejemplo, ya no tejerìa. Lo cual no està tan mal despuès de todo. El ùnico problema es el tedio, el hambre de nada. Por nada la ausencia. Hizo bien la que debe haber intuìdo los primeros hilos pegajosos.


Paralipsis para tu somnolencia
El pulso de tus días está marcado por el recuerdo adormecido de aquella noche en la que tu vida buscaba señales de vida en la Constelación de los Cuerpos Inalcanzables. Comprendés que las señales llegaron pero recordás no haberlas recibido. Sabés que los cuerpos te rozaron, pero solo tenés memorias de una distancia sideral. No solo el recuerdo está adormecido. Y todo parece signado por un hechizo perpetrado por nadie. Solo en tu Verdadera Naturaleza verás diluida toda esa triste mitología que te ensombrece. Cualquier otra salvación no será salvación; te hará su esclavo o la harás tu víctima.


Subspecie paternitatis
El silencio (violento sí) de la Figura exorna al tiempo de presagios prodigiosos.

El día sin porqué la Figura habla; y la realidad brutal de la ruptura del silencio prohijada por su bestia descerraja un signo ominoso , descerroja las puertas y escombra las paredes promesantes de tesoros, revelando el vacío vulgar.

La otra Figura: los neologismos precarios haciendo la mueca grotesca fósil de otra causa perdida, haciendo la venganza milenaria innombrable, haciéndola inconducente veneno en la sangre.

La próxima generación será del Silencio
( a menos que un ángel de una palabra que nos dice )


Dexamos dexarnos
Donde terminaban tus tetas no empezaban mis dedos y viceversa, dijimos.
Unos pocos centímetros llenos de quimera vana cíclica redundante.
Unos pocos centímetros de poder que no era nuestro.
Mirá: ahí está el trono vacío.
Mirá: obedecerle es preservarse hasta siempre para nada.

Entonces ya nada dijimos.

Hicimos bien.


Finisterre
perfuma a inminencia de desmadre que no se consuma
aroma orgiástico quizá de una madera noble, perseguida
se repele la estulticia aquí, la estolidez aquí
el minuto anterior al abismo
la misa hereje y candorosa
malicia tierna

no hay héroe de otro sitio que no sea humillado aquí por nadie
perplejo de arabescos
de almohadones peligrosos


Começar de novo


Un día

Ayer

Hace siglos

Murió el recelo en mí
lo maté
Este recuerdo esta momia este cadáver que no pulverizó
el resto de piel que permaneció bajo una bajo otra bajo otra más
el ojo frío ávido midiendo los cuerpos ajeno a todo muerto parecía
no
latente pareciera
Comienza a moverse se espeja

una gota de vos una sola lo devuelve a latir creciente
pero se llama a tu piel
la llama en tu piel es lo único que me importa

La resurrección será imperfecta
no podrá volver de su descuerpo de su desalma

Será menguante.

Seremos dos y casi uno

Notas para perfumesmalentendidos

1) para contar de un modo apenas precario una intuición apenas precaria de El Encuentro llegué a un lugar en el que parece imposible un encuentro para mí. Pero ya quemé esas naves con una vela que nadie me dio. A joderse.
2) una colección de inminencias, de vértigos usados, de ensayos de lo inaudito; la arqueología crónica de un meteorito errante desorbitado y tangente siempre
3) me río: maquetas imaginarias del viento imposible me ríen, proyectos de intento para mejorar los puntos cardinales. Creo haber aprendido pero me ríen.
4) museo de momentos propicios para dar el salto adecuado que no lleva a ningún lado. Claro. No se aprende.
5) demasiado despierto a las señales tenues. Ni vos sabés que me las diste.
6) ¿Habré abandonado el tono elegíaco al menos?. Esto no es trágico, ni siquiera dramático. Disculpen si no.

Fragmento de Alfredo Gonzàlez Ruanda

“...en general los moralistas luego de sus muchas elucubraciones, razonamientos e iluminaciones , concluyen en unas teorías en las que el sustrato es la idea de que es el universo en sí lo que les resulta inmoral. Pero esa conclusión pasa inadvertida para ellos mismos durante mucho más tiempo que el que duran los infiernos que a menudo inventan...”

Alfredo González Ruanda – ( del artículo “La patología de la hora: más allá o recién todo mal” publicado en la revista Cuadernos Modernos (n° 15) – México D.F. – Abril de 1972 )

Tuesday, June 28, 2005

Entre lìneas ( de A.G.Ruanda - escritor bastante mexicano)

(...) Entre líneas, entre letras se vislumbra la idiotez que se busca disimular entre líneas y entre letras. Ahora: ¿ porqué se quiere disimular?.
¿Miedo cavernario que torna imperioso esconder una naturaleza vulnerable, maleable, deleznable, deletérea?.
¿Alguna de las evoluciones sofisticadas de ese miedo?.
¿Ritos para atraer al objeto del deseo, que suponemos exento de idiotez y refractario a ella?.
¿Necesidad de ser aceptados por una tribu, para la cual todo está permitido menos la idiotez ( de la que ninguno de sus miembros está a salvo)?.
¿Ambición de alcanzar el ámbito de los iniciados en el arte de la simulación, que dentro de la tribu gozan del mejor lugar?.
Se quiere disimular porque la idiotez que mejor se percibe es la propia .
Lo demuestra la frecuencia con que depositamos la idiotez en los demás.
Lo evidencian estas líneas , estas letras. (...) Análisis similares podrían hacerse respecto de la vulgaridad, la falta de talento, la ingenuidad o lo que condene el grupo al que se ambiciona pertenecer, como ya de algún modo se indicó antes...


Alfredo González Ruanda ( del libro Imbèciles, idiotas, ingenuos canallas – Cap III )

vacuo

“ caerse al precipicio es el precipicio, siempre estamos al borde”

es lo último que le escuché decir (pero siguió hablando) mientras caía a gran velocidad adueñándose de una vez por todas del tiempo, marcándolo ( o quizá tan solo marcando el mío).
¿ Le habrá servido de consuelo?
Hace todas las tardes desde entonces que me lo pregunto aquí sentado al borde.
Parece tan improbable caerse.

uno

tu respuesta es casi nada
mi cuerpo va hacia otro lado
sublimaré en carne y hueso
ya tengo con qué

cero

parece que no solo yo me evaporo

se me evaporan las inminencias
los presagios

llegan mensajes enviados por nadie
mando mensajes que nunca llegan

¿es nefasta la virtualidad o mi torpeza?
¿a quién le importará responderme?

¿uno?
¿cero?