Saturday, February 26, 2022

MÁQUINA PARANOICA


Máquina paranoica, sobreescribiendo obsesivamente sentidos sobre lo que no podría tenerlos, sobre lo que no los necesita.

 

¿Acaso habría sociedad si no hubiese un sistema de delirios que la amalgame?

¿Qué otra cosa un credo religioso? ¿O toda creencia, a secas?

¿Qué otra cosa un soberano por mandato divino?

¿Qué otra cosa la soberanía de quienes lo reemplazarán después de cortarle la cabeza?

¿Otra cosa que delirio es una frontera?

 

¿No es un detonado delirio la identidad?

¿Algo más delirante que la historia, que las interpretaciones encontradas de un pasado enigmático?

 

¿Y el capital? Jinete delirante y ciego montando bestias multitudinarias sumisas y desquiciadas….

Tal sea a la vez el delirio lo que las mantiene provisoriamente estables y las gobierna.

Quizá sea imposible una sociedad sin un corte imaginario-delirante que detenga por un momento (algunos siglos digamos) el devenir incesante del Caos en el que todo sería imposible, porque todo es en él posible al mismo tiempo.

Los modos finitos no pueden sino sentirse abrumados frente a la potencia absoluta de la cual provienen.
Pequeños refugios delirantes: pueblos, naciones, y diversos dispositivos funcionales y ornamentales, como gobiernos y gobernantes, leyes y leguleyos, mercados y mercaderes, academias y académicos, safaris a delirios exóticos y free shops, hospitales y psiquiatras; museos, teatros y artistas....

Millones de paranoicos creyendo en la realidad, temiendo que el futuro no sea venturoso.

Miles de millones de paranoicos matándose entre sí por defender sus respectivos delirios de los delirios ajenos.

Miles de millones de paranoicos hablando de amor.
Miles de millones de paranoicos proliferados en tiempo y espacio buscando felicidad, el delirio del delirio.

 

No está mal.

 

 

Thursday, February 24, 2022

MÁQUINA ABSURDA

Son insoportables. Francamente insoportables.

Hace nadie sabe cuánto tiempo ya, o más tiempo aún, que están esperando la salvación. Algo que los salve. O alguien. Como sea que pueda decirse.

Pero no está muy claro de qué se tendrían que salvar.

Algo han perdido en el camino. No se sabe qué, pero eran felices ayer.

Si pudieran retroceder un día en el tiempo se darían cuenta que ayer eran felices anteayer, y así indefinidamente; por lo que sería complicado encontrar el momento en el que perdieron eso que creen haber perdido.

Por otra parte, temen seguir perdiendo algo mañana, algo muy valioso que no podrían precisar, ni apreciar hoy, pero que de seguro está.

Lo que los salve, sea algo o alguien, los protegerá de seguir perdiendo cosas que no saben bien cuáles son y les restituirá la felicidad perdida siempre en el ayer del hoy en el que tienen algo que deberían poder apreciar porque temen perder, pero sin poder precisar de qué se trata.

Mientras tanto no pasará mucho tiempo hasta que sedimente la suspicacia: “ese cuerpo tiene lo que el mío necesita para que yo me salve…”

Pero evidentemente, quienes se sienten condenados no estarían nunca dispuestos a cederle a alguien nada que les sobre, porque todo les falta.

“…Mi cuerpo no tiene nada. Los otros cuerpos lo tienen todo…”

Quizás se trata de que hay demasiado espacio y demasiado tiempo para llenar cuando nada concluye ni tuvo principio. Lo cual es ciertamente aterrador, y en ese caso no viene mal inventar un par de tragedias, y llevarlas a cabo de ser posible para anestesiar el horror vacui que le espera en cada instante de silencio a cada cual. Tragedias en las que es proverbial la derrota y el escarnio de quienes creen que esta vez sí podrán ganar la partida.

 

Previamente hay una tarea ineludible: enseñarles a los espejos a engañar y después borrar de la conciencia las pruebas de la ignominiosa tarea. Parecerá que los espejos han sido esclavizados. Pero habrán sido aceptados como amos despóticos. Esa operación permitirá creer en algo que se parezca a la identidad personal y permitirá soportarla sin pulverizarse de vergüenza cósmica.

 

Y el deseo de salvación: la otra cara de esa moneda.

 

Círculo vicioso. La cuenta regresiva de un cóctel explosivo, que no termina de llegar al cero.

 

Son proverbiales algunas cosas.

El pensamiento mágico; la disposición a caer una y otra vez en el embuste de curanderos pícaros que esta vez sí tienen la poción milagrosa que acabará con todos los males.

Y un sofisticado sistema de eufemismos, que logran suspender provisoriamente la ley de la gravedad y dar por sentado y entendido lo que nadie ha comprendido  nunca.

 

Muy cada tanto sucederá: algún curandero será linchado.

 

Y también muy cada tanto, un ataque repentino de parresía colectiva habilitará dos o tres palabras simples que son las que bastan para reconocer que siempre todo estuvo cayendo segundo a segundo hacia ningún fondo mientras sigue funcionando una máquina absurda que requiere como combustible toda la vitalidad que tengan a mano.

 

Por inanición, son insoportables.

Decididamente.

 

 

Monday, February 21, 2022

MÁQUINA DESQUICIADA


El Poder siempre es opaco. Vedado por cláusulas secretas.

El subsuelo es invisible. Su tectónica , impensada.

En el momento más insólito, se rasga el velo y desnuda al primero en toda su brutalidad, en toda su estulticia.

Imprevisible como es la sublevación del subsuelo, destroza a todas las sofisticadas teorías y convierte a héroes en traidores , a traidores en héroes, a miserables en virtuosos y a la inversa, intempestivamente. Un instante efímero de presagios y maravillas

Máquina desquiciada.

Luego, los cronistas y su impotencia constitutiva (por algo se dedican a mirar al Cosmos desde el ojo de una cerradura oxidada) a la que intentan disimular con el diario del día siguiente sentirán el deseo de hacerse pasar por oráculares videntes anticipando cataclismos que nunca sucederán, para escapar de la consciencia de que nunca se dieron ni se darán cuenta de nada.
Y también luego, los historiadores , con alma de guardianes, o de pontífices del por qué , luego de sus precarios ensayos de prueba y error para lo que sucede solo una vez, seguirán imponiéndole interpretaciones como lápidas al misterio del Caos indetenible para sentenciar : " era evidente que eso debía suceder".

No.
No lo era.
No lo es.

En el entretiempo viven los engranajes, bielas, tuercas y fluidos que no entienden el desquicio que hacen funcionar, el desquicio que desean y dicen rechazar, y el ruido es de palabras para llenar el vacío que deja la perplejidad.
Chillidos y gruñidos desacompasados. Maquina subsidiaria.. La insoportable pasión de la impotencia fermentando su reaccionario hartazgo por debajo del hablar sin decir, mentidero fatal, o estimulando pedidos a la nada de limosna narcisista
Como este.

La maquina ha de ser incesante.
Lo vital, inútil.
Lo inútil, escandaloso.

Indicios de que el afuera sea paradojal.
Intuitivo
Invisible.
Un sitio para respirar.



 

Wednesday, February 02, 2022

LA ERA ENCANDILADA


 

Con un ojo ya no se mira

Tampoco con el otro

Con uno y otro tan solo se ve

Y con los ojos se oye

no se escucha.

Se gusta,

no se saborea.

Se toca,

no se acaricia.

Se huele,

no se olfatea.

 

Totalitarismo visual

 

Los cuerpos son meros olvidos

en la trastienda de millones de ojos

anestésicos anestesiados

 

Es inminente una deflagración.

Está en ciernes un estallido

 

Seria evidente.

pero miles de millones de pares de ojos

ni siquiera pueden sospechar

que muy pronto podrán mirar

cómo sus cuerpos recobran

miles de millones de maravillas.