Wednesday, April 26, 2023

AMEBA


 

No estoy preso a la fuerza ni por miedo al castigo previsto para quien se fuga.

 

Estoy preso por placer.

Me es casi adictivo girar en círculos.
Me excita no ir a ningún lado.
No necesito salir de aquí.

La celda puedo ser yo o puede ser el mundo entero.

Si una de esas opciones es producto de mi imaginación, la otra será el delirio que la reemplace.

No sé si fue así lo que recuerdo. No sé si he olvidado.

Mi cuerpo se limita a unos pocos movimientos entre las infinitas maneras que admite, se está degradando lentamente y no me importa en lo más mínimo.
Hasta puedo imaginarme que no lo sé.

Las múltiples experiencias posibles que están obturadas son un inmenso misterio que no me inquieta cuando me aprieta el cuello hasta la asfixia.

Puedo aparentar ser un idiota o no serlo según la ocasión, ante los demás o ante mí. Es lo mismo. Y me sale tan bien como a ellos.

Éxtasis de no salir de la misma máscara de siempre.
Es paradójico por decir algo y no importa.
Delirio orgiástico recurrentemente. disfrazado de lo mismo.

El desperdicio está felizmente bajo control.

Moriré por placer.


Monday, April 17, 2023

MAZMORRA


Amor: es una mazmorra.


(no hay palabra que no lo sea cuando se convierte en lo que se ha convertido esta, y hay varias así… demasiadas).

Damos obligatoriamente por sentado que estamos hablando de lo mismo y casi nadie atina a sacar los pies de ese plato.

Las conversaciones son una mutua y consentida alucinación.

Los lenguajes de cada quien, ajenos los unos a los otros deberían poder coger lascivamente. Disolverse entre sí, dejar de ser. Pero no. Ni siquiera rozan la piel y prefieren simular entenderse ,como quien se aferra al nombre que le han puesto y a todo lo que en él está cristalizado e inerte y dice ser eso, o como quien acata órdenes solo porque le son formuladas con amabilidad.

Prisiones letales en las que muere indefectiblemente todo lo que se introduce en ellas.
Se han convertido  en abominables edificios espectrales lleno de fantasmas, huesos y guardiacárceles patéticos, siniestramente aburridos que creen ser sus dueños cuando los pronuncian, como quien bosteza, llenando al mundo de sopor y desencantamiento.

O de horror, cuando comienzan a caer los velos que velaban los velos que velarán los velos que caerán inexorablemente descubriendo siempre otro velo…

Ese horror podría ser éxtasis, maravilla.
Pero aún no han entendido el chiste.