Una piedra y
un fuego son buenos artilugios para creer en el tiempo.
Cuando estás
acá sos mía, soy tuyo. Nada más y nadie.
El resto del
tiempo no existimos.
Dije mal. Me
corrijo.
Debí decir:
el resto no es del tiempo
Debí decir:
el resto no es tiempo
Debí decir:
no hay resto.
No debí decir
nada.
Cuando estás
acá tampoco es tiempo pero se le parece.
Cuando estás
acá.
Tres palabras
imposibles si no fuera por la piedra y el fuego.