Un día
Ayer
Hace siglos
Murió el recelo en mí
lo maté
Ese recuerdo esa momia ese cadáver que no pulverizó
el resto de piel que permaneció bajo una bajo otra bajo otra más
el ojo frío ávido midiendo los cuerpos ajeno a todo muerto parecía
no
latente pareciera
Comienza a moverse se espeja
una gota de vos una sola lo devuelve a latir creciente
pero se llama a tu piel
la llama en tu piel es lo único que me importa
La resurrección será imperfecta
no podrá volver de su descuerpo de su desalma
Será menguante.
Seremos dos y uno más que nos excede.
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